Cada dos por tres, me acuerdo de una peli. De una en concreto, quiero decir: Los Sustitutos. Una de Bruce Willis en la que, trama policial aparte, el argumento se basa en la premisa por la que todo el mundo, cada persona, tiene un sustituto. Así, tal cual. Cada persona tenía una especie de doble de sí mismo que manejaba desde un centro de mandos sin salir de casa. Y mientras la persona real no hacía prácticamente nada, el sustituto era el que iba todos los días a la calle a hacer la vida normal… de la persona real.
Esto, desde luego, es una visión muy exagerada de lo que significa tener un alter ego de perfil digital (¡al menos, por ahora…!) Pero yo me acuerdo todo el rato de la película porque hoy, quien más, quien menos, todos tenemos otra identidad, una identidad virtual. Vivimos simultáneamente en el plano real y en el plano digital. Porque mientras tú (persona real) vas en metro, tú (persona digital) compartes con tus amigos el interesante artículo que estás leyendo; mientras tú (persona real) haces tu jornada de trabajo, tú (persona digital) compartes ese pensamiento que te ha asaltado en medio de la mañana; y así sucesivamente.
Pero hay más, ¡nuestro alter ego digital es muy sociable y activo! Tanto o más que el yo real. Quiere comunicarse y hacer cosas todo el rato. El Consumer Barometer 2014 de Google, que arroja datos sobre el consumo de contenidos digitales, secunda esta idea, y precisamente en España somos de lo más participativos en internet con un 72% de penetración móvil.
Asumámoslo, estamos hiperconectados y nuestras identidades virtuales crean ya comunidades que viven, se relacionan y desempeñan multitud de tareas en el plano digital. Por ello, un auténtico mundo virtual se construye a su alrededor.
El sector inmobiliario virtual no deja de crecer y la edificación de sitios digitales está al alza: blogs, webs, sites de todo tipo, perfiles personales y corporativos en todas las redes sociales, eventos en streaming, foros de discusión online, concursos, grupos… Incluso puede ocurrir que si la empresa que buscas no está en internet te sientas decepcionado…(Como ese amigo que todos tenemos sin WhatsApp y cada vez que tenemos que contactar con él se nos pone cara de póker… )
El perfil digital, tanto personal como corporativo, se alimentan de contenido, pero no tiene que ser solo texto. Más allá de la foto del avatar que nos representa en el mundo virtual, el contenido audiovisual triunfa. Millones de fotografías adicionales de nosotros y de todo lo que nos rodea, audios y vídeos alimentan ahora nuestro perfil digital. Algunos generan de forma espontánea contenido adictivo para sus audiencias, otros estudian y analizan, prueban, innovan y se superan día a día.
Pero lo que está claro es que ¡hay que estar ahí! ¿Y tú? ¿Y los tuyos? ¿Tu proyecto? ¿Tu empresa? ¿Cuánto hacéis por vuestra identidad digital?