La falta de preparación de un portavoz puede ocasionar daños irreparables a la reputación de una organización. Sin embargo, con una adecuada formación, los portavoces no solo representan con éxito a su compañía, sino que también impulsan de manera significativa las estrategias de comunicación.
En una sociedad cada vez más demandante de transparencia y autenticidad, el curso de formación de portavoces se ha convertido en una necesidad crítica para cualquier institución. La capacitación no solo está dirigida a altos ejecutivos: cualquier miembro de la organización que pueda estar expuesto a los medios debe dominar habilidades de comunicación verbal y no verbal, gestión de crisis y desarrollo de mensajes clave.
¿Por qué invertir en un curso de portavoces?
Invertir en un curso de formación de portavoces es una decisión estratégica para cualquier organización que aspire a proteger y fortalecer su reputación.
La formación de portavoces se ha convertido en una inversión indispensable porque permite anticipar escenarios complejos y preparar respuestas adecuadas. Un buen curso de formación debe incluir entre sus contenidos la identificación de preguntas difíciles, preparación de mensajes clave, técnicas para cuidar el lenguaje, y estrategias para no desviarse del mensaje principal.
Un curso de formación de portavoces aborda de manera integral las competencias necesarias para representar adecuadamente a una organización ante diferentes públicos.
¿Qué debería contener el curso de portavoces?
- Técnicas de comunicación verbal y no verbal: Dominio del tono de voz, lenguaje corporal, postura, gestos y expresión facial.
- Construcción de mensajes clave: Cómo estructurar intervenciones claras, concisas y alineadas a los objetivos estratégicos de la organización.
- Gestión de medios de comunicación: Interacción efectiva con periodistas, preparación para entrevistas y manejo de preguntas difíciles.
- Comunicación en situaciones de crisis: Desarrollo de respuestas rápidas, empáticas y orientadas a la contención y protección de la reputación.
- Habilidades de escucha activa y empatía: Cómo captar las necesidades e intereses del interlocutor y responder adecuadamente.
- Control emocional y manejo del estrés: Técnicas para mantener la serenidad y proyectar seguridad en entornos de alta presión.
- Adaptación del mensaje al público objetivo: Ajuste de lenguaje, ritmo y profundidad del contenido según la audiencia.
- Simulaciones y role-playing: Ejercicios prácticos para aplicar los conocimientos en escenarios reales o hipotéticos.
Cuáles son las habilidades comunicativas clave a desarrollar
Para transmitir mensajes con claridad, seguridad y confianza, es necesario desarrollar competencias específicas mediante un curso formación portavoces estructurado.
Las investigaciones muestran que, en la comunicación interpersonal, solo el 7% del mensaje se atribuye a las palabras cuando existe ambigüedad, mientras que el 38% corresponde a la voz y el 55% al lenguaje corporal. Por tanto, potenciar todos los elementos comunicativos resulta fundamental para la efectividad del mensaje.
Entre las habilidades comunicativas esenciales que debe incluir un curso de formación de portavoces destacan:
- Comunicación verbal y no verbal: Nuestras manos, mirada, tono de voz y gestos siempre comunican y revelan mucho sobre nosotros. Es imprescindible alinear ambos lenguajes para evitar contradicciones que resten credibilidad. La congruencia entre lo que sentimos, pensamos y expresamos genera autenticidad y facilita que nuestro mensaje sea captado sin ambigüedades.
- Escucha activa: Un buen portavoz debe ser un excelente oyente. Escuchar sin interrumpir, mostrar empatía y eliminar distracciones tanto mentales como físicas permite comprender mejor al interlocutor y responder con precisión.
- Asertividad: Expresar sentimientos, necesidades y derechos sin amenazar los ajenos. Esta habilidad permite defender posturas firmes manteniendo el respeto por los demás.
- Control emocional bajo presión: En situaciones críticas, es vital mantener la calma. Técnicas como la respiración diafragmática o pequeñas meditaciones pueden ayudar a controlar nervios y proyectar serenidad.
- Capacidad de adaptación: Saber ajustar el discurso según el contexto y la audiencia. Esto implica modificar el vocabulario, ritmo y complejidad del mensaje dependiendo de si nos dirigimos a medios de comunicación, clientes o colaboradores internos.
Además, practicar regularmente estas habilidades en entornos simulados ayuda a familiarizarse con las situaciones de exposición pública, reduciendo progresivamente el nerviosismo natural que muchos experimentan al hablar ante grupos.
Ejemplos prácticos de buenos portavoces
Un buen ejemplo en España es Irene Cano, directora general de Meta en España y Portugal.
Actualmente actúa como portavoz corporativa de una de las principales empresas tecnológicas del mundo. Es un referente por los siguientes motivos:
- Comunicación estratégica: Irene Cano domina perfectamente el arte de transmitir mensajes complejos de forma sencilla y comprensible, sobre todo en temas de innovación, privacidad y tecnología.
- Alta preparación técnica: Entiende en profundidad los productos y políticas de la empresa, lo que le permite hablar con seguridad y sin improvisaciones.
- Estilo natural y cercano: A pesar de representar a una multinacional enorme, mantiene un tono accesible y humano en sus intervenciones públicas.
- Adaptabilidad: Ajusta su discurso según la audiencia (prensa económica, tecnológica, generalista) sin perder consistencia.
- Gestión de crisis: Ha sabido manejar con eficacia momentos complicados para Meta en España, como debates sobre regulación o protección de datos, siempre manteniendo la calma y reforzando la imagen de la empresa.
Es un caso ideal de portavoz empresarial que combina la competencia técnica con una excelente conexión humana, justo como recomienda cualquier curso de formación de portavoces de alto nivel.
Otra portavoz muy destacada en España es Eva Pavo,ex-directora de Comunicación y Marketing de Correos.
- Transformación de marca: Eva ha sido clave en la modernización de la imagen de Correos, una marca tradicional, adaptándola a nuevos públicos más jóvenes y digitales.
- Comunicación innovadora: Bajo su liderazgo, Correos ha lanzado campañas de marketing atrevidas y muy comentadas (por ejemplo, campañas sobre inclusión, sostenibilidad y diversidad) que han reposicionado a la empresa en el imaginario colectivo.
- Dominio del storytelling: Eva comunica no solo datos o productos, sino valores y emociones, conectando así de forma mucho más potente con las audiencias.
- Gestión de crisis y controversias: Ha sabido defender públicamente campañas que fueron polémicas en ciertos sectores, manteniendo el mensaje central de la marca sin entrar en confrontaciones.
- Autenticidad y coherencia: En sus entrevistas y foros, transmite un estilo directo, valiente y apasionado por la comunicación como motor de cambio social.