Su campaña de social media consistió en investigar a través de las redes sociales a los usuarios que iban a viajar con ellos y entregarles un regalo personalizado investigando sus gustos y habitos para agradecerles su confianza.
En esta acción participó el propio personal de la aerolínea, encargada de ponerse en contacto de primera mano con 28 pasajeros para entregarles el obsequio. De esta manera, KLM consiguió acercarse más a sus clientes, buscando su fidelización a través de pequeños detalles que demuestran la atención con sus pasajeros.
Una vez llevada a cabo la campaña, la compañía subió un vídeo sobre esta acción a sus principales plataformas sociales, alcanzando más de 1 millón de menciones de 88 países diferentes. Dicha campaña tuvo una duración de tres semanas por lo que su repercusión incrementó tanto la visibilidad como la reputación online de la marca.