Vivimos en un contexto de máxima incertidumbre. Las tensiones geopolíticas, la crisis energética, la emergencia climática, los altos índices de pobreza y las desigualdades sociales ponen de manifiesto un planeta caduco, y nos obligan a pensar, más que nunca, en el legado de las próximas generaciones. El mundo empresarial no es ajeno a este contexto y ahora, más que nunca, sociedad y gobiernos demandan compromiso y responsabilidad a las organizaciones. Más allá del beneficio económico debe existir un beneficio social y ambiental real, no superficial.
Las empresas pueden tener unas directrices claras en cuanto a productos o servicios, e incluso contar con el mejor talento, pero todos estos aspectos pueden no servir de nada si no saben entender y afrontar el contexto actual. Si no se comprometen con el planeta y la sociedad y, por supuesto, si no saben gestionar la incertidumbre. Un estado en el que lo intangible afecta más a la cuenta de resultados que lo tangible. Un cambio de paradigma en el que la reputación es uno de los activos más importantes para cualquier organización.
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¿Qué es la reputación corporativa?
La reputación corporativa es la percepción que nuestros stakeholders tienen de nuestra organización. Entender qué es la reputación corporativa y cómo puede afectar a una empresa es el primer paso para poder gestionarla de forma eficaz a través de la comunicación corporativa.
La reputación es un activo que está fuera del control de las organizaciones. A partir de aquí, las compañías deben escoger una estrategia a seguir para conectar con esos colectivos con los que se relacionan, y esto, con anticipación, será una de las claves para gestionar el riesgo reputacional.
La reputación corporativa incita muchos interrogantes como: ¿Cuál es mi reputación? ¿Cómo la mido? ¿Qué piensan de mi mis stakeholders? ¿Dispongo de la capacidad y las herramientas necesarias para incidir sobre las percepciones y opiniones que existen sobre mi organización?
Retos de la reputación corporativa
La construcción y la gestión de la reputación es algo prioritario para las organizaciones ya que el riesgo reputacional es uno de los mayores retos empresariales:
- Clientes críticos que opinan en redes sociales consiguiendo alcance viral
- Escrutinio constante de los medios de comunicación
- Talento que alza la voz
- Proveedores que trabajan conectados en red
- Accionistas infoxicados
Todos y cada uno de los públicos objetivo tienen la capacidad de incidir en la reputación. Teniendo en cuenta que esta tarda años en construirse y que se puede perder en cuestión de segundos es importante salvaguardarla y establecer barreras para evitarlo. Para prevenir estos efectos y gestionar este intangible contamos con la comunicación corporativa.
La comunicación corporativa no debe derivarse del marketing de producto, tampoco del servicio. Este tipo de comunicación debe tener en cuenta el propósito de la organización, sus valores, su misión, su actividad y todo aquello que reporta a sus stakeholders, al planeta y a la sociedad.
Por qué invertir en comunicación corporativa
La comunicación corporativa además de ayudar a proteger la reputación ofrece otros beneficios relevantes:
- Incrementa la transparencia de la compañía
Explicar nuestra actividad, nuestra contribución económica y social nos aporta transparencia y nos ayuda a conectar con nuestra audiencia.
- Crea relaciones sólidas con los diferentes stakeholders
Las comunicaciones generan vínculos que fortalecen las relaciones entre la compañía y sus stakeholders. Comunicarnos de manera habitual con nuestros stakeholders genera relaciones estrechas, de confianza, nos aporta credibilidad. Gracias a la construcción de estas relaciones podremos gestionar situaciones más complejas con mayor fluidez.
- Proyecta el propósito y los valores de la organización
La comunicación corporativa integra e impulsa los mensajes clave de la compañía a través de la construcción del storytelling.
- Impulsa el sentimiento de pertenencia de los empleados a la compañía
En el caso de los empleados, la comunicación interna refuerza la comunicación entre los departamentos y presenta información clave sobre la compañía. Esto fomenta la satisfacción y pertenencia a la organización.
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Conclusiones sobre la inversión en comunicación corporativa
Si no comunicamos lo que nuestra corporación aporta, no estaremos en contacto directo con todos nuestros públicos. Prevenir, gestionar y proyectar toda nuestra actividad, nuestra contribución, esas son las claves de una buena comunicación, de una buena gestión del mayor de los intangibles que, ahora, más que nunca, se ha convertido en el mayor activo de nuestra cuenta de resultados.
Como decía Charles Redding, padre de la comunicación corporativa, “la comunicación es la pintura y el lienzo de una organización”, debemos saber dónde y cuándo exponerlo para llegar con eficacia a todos nuestros stakeholders. Con una buena estrategia, sin duda, comunicar la actividad de nuestra organización, preservar nuestra reputación, es la mayor oportunidad de rentabilidad empresarial.
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