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LEWIS

Por

Marketing Spain

Publicado

octubre 18, 2013

Etiquetas

portavoces, PR

Te damos 5 consejos clave para tu puesta a punto en un presentación únicamente con el uso del poder de la palabra


Puede que, a veces, una imagen valga más que mil palabras. Pero también es cierto que hay palabras, eslóganes, discursos que han hecho Historia y, aún más, que han cambiado el rumbo de la Historia.


El famoso “I have a dream”, pronunciado por Martin Luther King en 1963 en las gradas del Lincoln Memorial, significó un paso clave en la lucha por la libertad y los derechos del hombre. 45 años después, Barack Obama ganaba la Campaña Primaria Presidencial de 2008 llegando a todo tipo de públicos con su lema “Yes we Can”. Y no solo los políticos utilizan la palabra para comunicar. El discurso de un entrenador minutos antes de encarar un partido puede ser la diferencia entre la victoria y la derrota. Lo dijo Luis Aragonés a sus jugadores en la final de la Eurocopa de 2008 ante Alemania: “hemos venido a ganar, no a jugar, del subcampeón no se acuerda nadie”, y así lo hicieron y empezaron a hacer Historia. ¿Y las marcas? Los publicitarios trabajan cada día para dar con una frase, con un lema para su marca que pueda llegar a convertirse en una filosofía de vida: “Bienvenidos a la República Independiente de mi casa”.

Pero mi intención no era reflexionar sobre la importancia de la palabra. Más bien, pretendía hacer de este post un pequeño tutorial sobre oratoria. Porque, en cualquier momento podemos vernos en la necesidad de dar un discurso en público y, tanto si es un speech ante un auditorio de 500 personas, como si es un brindis delante de cuatro amigos, es fundamental saber utilizar correctamente todas las técnicas de expresión oral. Así que, desde mi humilde experiencia, aquí os dejo cinco consejos para tener en cuenta cuando os toque hablar en público.

1. Tú eres el experto

Tú has sido el elegido para dar ese discurso. Tu experiencia y conocimientos son fuente de saber para el público que te está escuchando y éste pretende salir habiendo aprendido algo nuevo. Por eso, los conceptos que transmitas tienen que ser claros y convincentes, punto clave en tu comunicación. Prepara con antelación lo que vas a decir y ordena las ideas poniendo especial atención en la introducción y en una conclusión que resuma las ideas clave.

2. Como los grandes artistas, te debes a tu público

Ayúdales a formar parte de tu intervención, habla a tu auditorio y míralos a la cara para conectar con ellos. Es fundamental conocer previamente el perfil de tu público para adaptar a él tu mensaje. No caigas en las muletillas o expresiones vulgares e intercala anécdotas o ejemplos que resulten familiares para mantener su atención. Un discurso cercano es más fácil de recordar. Las preguntas retóricas a mitad de la ponencia también ayudan a conectar con la audiencia y, al final, guarda siempre unos minutos para que puedan plantearte sus dudas y comentarios. Si alguien te ataca, intenta desviar la atención para otro lado, no caigas en su juego, humildad ante todo.

 

3. Sé tú mismo

Un discurso sobreactuado suele ser poco creíble. Igual que los actores no deben imitar a su personaje, sino ser el personaje, tus palabras deben sonar sinceras y naturales. Si no te parece interesante tu discurso, probablemente tampoco le parecerá a tu audiencia; si realmente no te ríes con una anécdota, tampoco esperes oír risas cuando la cuentes en público.

4. ¿Yo, yo mismo, y el público?

Es tu momento y tienes que enfrentarlo solo ante la audiencia, pero existen recursos audio-visuales que pueden ayudarte a hacerlo de forma más comprensible y amena. En una presentación científica, por ejemplo, un Power Point con las ideas principales no solo te ayudará a no perderte, sino que además la hará más clara y visual. A partir de ahí, saca a relucir tu lado más creativo para introducir recursos que aporten un valor añadido a tu presentación. Añadir también que llevar un papel en la mano con un guión de tu exposición no está mal visto, al revés, a veces incluso aporta credibilidad y es signo de una presentación trabajada con antelación. Eso sí, que sean ideas clave. Nunca leas, habla a tu público.

5. Si lo bueno breve…

Es difícil mantener atento al público durante muchos minutos seguidos, así que si puedes decirlo en dos palabras, no uses tres. Las exposiciones de carácter científico suelen durar alrededor de 20 minutos, más cinco para preguntas.

Puede que la comunicación no verbal te ayude en muchas situaciones, o que un mensaje escrito de 140 caracteres tenga tanto o más impacto que muchos discursos… Pero lo cierto es que, en la mayoría de los casos, el éxito estará asegurado si haces gala de un buen uso de la oratoria.

“Yes you Can”

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